Papá es feliz entre dos temperaturas

El año pasado hablamos de la fragilidad de los estereotipos, de que papá era más que el título de quienes solo existen sin más; hablamos de que los padres son sensibles y tiernos, que lloran y palidecen con los malestares de sus hijos, que viven en las carcajadas y existen orgullosos de su descendencia.
Pero quizás nos faltó hablar de la rigidez de sus rutinas, de lo cronometrada de su agenda que solo encuentra brechas y rupturas para un juego inocente, una espontánea salida al parque o alguna que otra emergencia familiar. Y si bien se desdoblan de golosos ante la propuesta de un helado en compañía de sus siempre peques, hay cierto elixir de color tostado que les mueve el alma…

Estuvimos preguntando ¿qué hace papá en las mañanas? Y dentro de un collage multicolor de respuestas saltaba un ritual que nos es tan familiar como aquello que apreciamos en nuestros propios hogares, con nuestros propios papás. “Papá toma café, el café no le puede faltar”, es algo que bien diría esta autora, y la secundarían muchas personas más.
Así, de la experiencia vivida en cada casa, de los testimonios de trabajadores y clientes, de la voluntad de querer regalar un recuerdo especial alojado en un sabor nació nuestra oferta estrella de junio: el café achocolatado. Una tasita construida con ese sorbeto exquisito de los conos, recubierta de chocolate para conferirle estabilidad, grosor y dulzura recibe en su interior el caliente y recién colado café para enamorar a papá con dos delicias de tierras americanas, con el dulzor y amargura de dos opuestos complementarios, con la paradoja más cubana del mundo: tomar café… con este calor.
Y es que los cubanos somos al café como el verano a la playa, a los jugos de mango, al helado… y a papá le encanta, y ¿a nosotros?? nos encanta hacer felices a los papás, porque merecen el reconocimiento, la ovación, el cariño y el abrazo dulce de una de las ofertas de la casita rosada coronada de blancas sombrillas, porque papá no es cualquiera y solo hay uno.
Porque las cuatro letras pesan, y a la vez flotan entre las risas, el orgullo, los cuidados, la ternura y ese espíritu infantil que reverbera entre los juegos, o ese saber que aflora cuando toca enseñar algo nuevo, o ese instinto de protección que reluce en cada nueva salida, frente al mínimo riesgo imaginado.
Sabemos que papá disfrutará su café, su regalito y su felicitación; que tendremos muchos padres en la heladería compartiendo una delicia helada o, bien caliente, con su familia. Tenemos claro que habrá amor y alegría en estas fechas; porque la temperatura del alma de papá es variable pero siempre acogedora; porque en Ela & Paleta entendemos sus gustos, y porque el mundo cada vez los ve más, los reconoce más, los entiende mejor… ¡Que vivan siempre los papás! ¡Muchas felicidades!
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