Morado en nuestro arcoíris

No es la primera vez que hablamos sobre nuestra dimensión feminista en este blog; y es que nuestra heladería tiene la impronta viva de la mujer desde su mismísima génesis. Pero estamos ante el umbral del mes más importante en la historia de las luchas femeninas y no podemos sino hacer una vindicación del valor que tienen las hijas de Venus para nuestra marca.

Y es que Ela es una chica, más de la mitad de nuestro personal también lo es y probablemente el color más importante de nuestro arcoíris sea aquel que simboliza la lucha por la equidad y la justicia que ha venido enarbolando el movimiento feminista desde hace más de un siglo, ese morado delicado toda vez que poderoso, visible y fuerte.

Pero… ¿por qué celebramos en marzo el día de la mujer? ¿por qué el color morado? Tales dudas hacen necesaria una breve vuelta a la historia del feminismo, para descubrir en sus múltiples voces el sentido de la libertad, de la expresión pura de la identidad y de la batalla por destruir la brecha entre los géneros.

La jornada por la vindicación de las mujeres se alojó en un 8 de marzo debido a varias coincidencias históricas; por ejemplo:

1. Protestas de marzo de 1857: trabajadoras de una fábrica textil se lanzaron hacia las calles neoyorquinas para protestar por las duras condiciones laborales y los bajos salarios. Esta manifestación logró instalar un precedente relevante en los anales del movimiento a pesar de que fue reprimida.
2. Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas: En 1907, Clara Zetkin lideró la primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Stuttgart, Alemania, cuya segunda edición hacia 1910 arrojaría la necesidad de establecer una conmemoración mundial para reclamar los derechos de las mujeres.
3. El primer 8 de marzo: por el sufragio femenino y la defensa de los derechos laborales más de un millón de personas a lo largo del antiguo continente participaron en la gran marcha que conmemoraba el Día Internacional de la Mujer.
4. Incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist: Un terrible 25 de marzo de 1911 perdieron la vida más de 120 obreras de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist en Nueva York; estas mujeres fueron víctimas de un incendio que devoró el local rápidamente. Una vez más el sector textil en New York daba indicios de la precariedad de las condiciones laborales de las féminas, nuevamente en el mes de marzo.
5. Declaración de la ONU: Quizás debido a las coincidencias históricas la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró, en 1975, el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer; esta se instalaría como una fecha para repensar las relaciones de género, la justicia en torno a la mujer y su dimensión social profesional, familiar, sexual, etc.

El color morado por su parte tiene una narrativa histórica asociada, y es que los pañuelos y pancartas moradas se han venido usando en las protestas y manifestaciones feministas desde el siglo XX durante la lucha por el sufragio. Además, este color solía estar asociado a la realeza durante el Medioevo por la rareza del pigmento, esta simbología fue usada por el movimiento feminista resignificando el morado como sinónimo de dignidad y poder. En cuanto la psicología del color; es común asociar al morado con la sabiduría, la creatividad y la introspección; también con la independencia y la unidad; es por ello que la causa del feminismo se ha apropiado de este valor cromático para homogenizar sus discursos en tanto visualidad.

Los ecos de esta historia marcada por hitos, por voces, por nombres de activistas y académicas alrededor de todo el planeta resuenan en Ela & Paleta, donde nos gusta celebrar el empoderamiento de la mujeres, su capacidad de emprender, de crecer, de luchar y su voluntad para pintar el mundo de un morado que cierre brechas, que una a las personas, que no permita que la violencia, la injusticia o la dominación melle las conquistas alcanzadas durante siglos de lucha, de gritos y puños levantados, de manifiestos desde las disciplinas sociales, de una Wolf, Beauvoir, Mead, Friedan, Truth, Kollontai, Tristán, Lagarde, Kahlo, Cáceres, Lamas, Moya…

A ellas y todas las feministas las honramos con nuestro hacer, con el cuidado que ponemos a nuestros discursos, con las oportunidades equitativas para nuestro personal, con las ganas de hacer felices a todas las personas sin signo de género, con las alianzas numerosas con mujeres relevantes de nuestra cultura, con la narrativa inocente de una Ela que se aventura en un mundo de colores para esparcir el morado con la luz y con la frescura deliciosa de un buen helado.

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