Ela & Paleta

Luz que viste la voluntad de un mes, de una marca, de un sentir

Un corte al umbral del último mes del año, unos pocos pasos sobre diciembre… una época sensible se avecina y solo podemos pensar en la luz. Sublime metáfora en los tiempos que corren, escandalosa toda vez que romántica. Vibra en el mañana la incertidumbre de algo mejor que se aproxima, un nuevo comienzo habitado por esperanzas y sueños posibles. Y entre las estrepitosas chispas de un ánimo que baila entre villancicos y arbolitos tintineantes; el paradójico calor del helado.

Hace un año escribíamos sobre el clima mágico que genera el fin de año en nuestro paradisiaco y tropical rincón del universo; hablábamos de ese imaginario de hogar y familia que trasciende la narrativa religiosa y que nos lleva a reuniones convocadas por el alma y hechas con verdadera voluntad. Reencuentros, pausas, abrazos; ocasiones que llenan el espíritu para decir adiós a una carrera en la que empeñamos propósitos, retos y emoción, un año que se deja tras con la certeza de haber crecido, de ser mejor…

tina de helado al lado de bola de navidad con luz reflejada

Y entonces la luz emana del color, de la risa, del cosquilleo agradable que supone ese frescor en la garganta, no en vano nuestra marca nació en diciembre. Ela comenzó su vida en medio de un cálido invierno en el Vedado, entre el zapateo cosmopolita y el aroma a hogar y recetas familiares, al amparo de abrazos apretados y carcajadas navideñas. Y es que el alma de nuestra heladería reside precisamente en ese sueño tierno y movidito que se cuenta entre manos que se toman, risas que no se esconden y ganas de vivir a sabiendas que enero nos regresa a la rutina, y que quizás haya nuevos retos y sacrificios por delante.

Pero diciembre nos suele dar una tregua, un breve descanso en el ritmo acelerado de la vida, para celebrar los obstáculos que superamos, las lecciones que aprendimos, las victorias que obtuvimos y las relaciones que hicimos durante este tramo angosto y escabroso -al tiempo que feliz a su retorcida manera- contenido en los 11 meses que nos traen hasta aquí.

Nos volcamos, con ilusión en nuestras campañas navideñas; no solo porque nos sobreviene el aniversario sino porque entendemos de qué se trata esa ilusión y esa luz que discurre por estas fechas juguetona cual niña impaciente. Sabemos, más allá del imaginario comercial o político, que son momentos de unirse, abrazarse, quererse y darse fuerza; celebrar la vida, el tiempo y el amor…

En Ela & Paleta, tenemos la excusa del sabor, del dulce, el postre para la cena o la salida familiar, la quedada con los amigos que no veremos hasta el año que entra, o esa cita en esta época de comedias románticas. Más allá de ser ambiente, destino o motivo, nuestro helado ha de convertirse en filosofía de disfrute y mensaje de cariño y voluntad; la marca ha de habitar el corazón y no solo el gusto, o el feed de Instagram; a día de hoy esa es nuestra prerrogativa.

Así, entre luces que se encienden y sabores que se comparten, diciembre nos recuerda que los sueños se sostienen en las manos y en las sonrisas de quienes creen en ellos. Ela & Paleta no es solo una heladería: es un abrazo colectivo, un espacio donde la dulzura se convierte en lenguaje y celebración. Que esta luz que nos acompaña al despedir el año siga guiando nuestro camino, inspirando cada paleta, cada encuentro y cada instante de alegría que regalamos.

Sigue nuestra campaña navideña en nuestras plataformas sociales (insta, face y whatsapp) y que esta época te traiga luz, emoción y muchísimas bendiciones; nosotros nos ocuparemos de poner el toque dulce.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *