Heladería acogedora y tenebrosa
Asomaba la segunda quincena de octubre, y en un mes simbólicamente escalofriante ya habíamos vivido tiempos complejos donde la sensibilidad y la empatía devinieron palabras de orden. Sin embargo, nuestros corazones no renunciaron a celebrar ese miedo placentero y colorido que en nuestro post anterior ya comentábamos; quizás en medio de las dificultades una fiesta de lo tenebroso vendría a animarnos, incluso esperanzarnos…
Por eso vestimos nuestra heladería de fantasmas y calabazas, desde las sombrillas hasta los floreros, incluyendo ventanales, mostradores y jardines; no hubo rincón de nuestra casita rosada que no se adornara con el espíritu de las brujas y los esqueletos bailarines. Hasta la música que sonó por esa segunda mitad del décimo mes tintineaba bajo la temática de lo oscuro.
Sabores y formas del miedo
Tal vez sea redundante repasar la innovadora y terrorífica oferta que se ha preparado en nuestros laboratorios villanescos; pero queríamos hacer mención de las sabrosas formas en las que se puede degustar nuestro heladito en esta temporada de brujas. Desde monstruopaletas, vampibatidos hasta sangrientos cálices del terror; un catálogo tematizado para los más exigentes gustos en el terreno del miedo.
Rostros de ensueño ¿o de pesadillas?
Si alguien estuvo para vivir y gustar de esa conjunción elemental entre el terror y los helados, fueron nuestros trabajadores; quienes con cariño decoraron cada oferta, diseñaron basquetas temáticas, pusieron nombres ingeniosos a los helados, y describieron con una sonrisa cada uno de nuestros escalofriantes productos de campaña. Ellos internalizaron el miedo desde un enfoque positivo y contagioso, ellos fueron capaces de mostrar cuan divertido puede ser arriesgarse con nuestros helados temáticos y, además, modelaron con orgullo maravillosos maquillajes a juego con las ofertas de helado de las que fueron artífices.



Discursos de terror en el idioma de los helados
Nuestro equipo de comunicación también desplegó el protocolo miedo, para extender una narrativa divertida y escalofriante mientras articulaba nuevas alianzas y solidificaba otras que ya nos acompañaban desde hace un tiempo.
Arropadas bajo nuestra campaña Escalofríos, salieron una serie de contenidos encaminados a establecer un diálogo orgánico y atractivo entre los friiiios helados y la gélida atmósfera del terror, sin renunciar a los colores y la luz que tanto identifican nuestros discursos.


Y vivimos en nuestras redes, desde la clásica melodía de los muertos vivientes del eterno Michael Jackson hasta los crímenes perpetrados por nuestras escalofriantes ofertas de helado. Incluso recreamos algunas escenas de clásicos del cine de terror y de culto porque en definitiva ¿no es el helado un aditivo imprescindible para amenizar una terrorífica noche de pelis o para animar una escena de suspenso?
La intención fue criollizar los discursos occidentales en torno a lo tenebroso, al mundo de las brujas y las calabazas, en tanto sembrábamos en nuestras redes la semillita del miedo que se busca y se disfruta, tal y como hacemos con el helado de casa.
Omega de un mes: la tarde de escalofríos
Como colofón de una temporada de sustos y sorpresas, llegaba el 31 de octubre con un programa en ruta que entrelazaba actividades de nuestra heladería con el parque Hábitat, y que reservaba el protagonismo para los más peques de casa.
Nuevamente nuestros trabajadores vistieron los polvos y pinturas del miedo bajo maquillajes tenebrosos; en tanto recibimos en casa una pintacaritas muy creativa y nuestro amigo de la tinta espontánea, el caricaturista Richie, quienes acompañados de un espectáculo de magia eternizaron una tarde especial para cada niño o niña que se asomó por el barrio; el circuito continuó con actividades en nuestro vecino parque de diversiones.
El gusto por la festividad del terror y un singular tesoro escondido articularon un momento feliz, inolvidable y sabroso en el imaginario de las múltiples familias que se pasaron ese jueves por ambos emprendimientos.






En adición, ya más entradita la noche, fuimos anfitriones de una cata oscura (a ciegas) de nuestros heladitos contentos de la línea Ice Chill; porque los mayores de edad también merecían consentirse al amparo de la noche y los embriagantes sabores del helado enriquecido con licores.
Octubre terminó con risas, con fiesta, con la certeza de que el miedo puede ser algo bueno y digno de celebrarse cuando se trata de esa sensación de expectación, de placer culposo, de hormigueo ante experiencias nuevas.
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Muy buen gusto, actividades divertidas y diversas para toda la familia!! Bonitas experiencias junto a otros proyectos de la comunidad. Nunca defraudan!! Brindo por más helados y momentos bonitos!!